Las ventas de bombas de calor siguen sin cumplir con lo que las empresas esperaban hace poco. El mayor fabricante de estos dispositivos en Escocia, al igual que los fabricantes alemanes anteriormente, ha anunciado el despido de cientos de empleados.
La industria de las bombas de calor en el Reino Unido enfrenta un duro desafío, ya que los despidos masivos afectan incluso a los jugadores más grandes del mercado. Mitsubishi Electric, la empresa que opera la mayor fábrica de bombas de calor del Reino Unido en Livingston, Escocia, ha anunciado el despido de más de 400 empleados.
La fábrica, que emplea a unas 1.600 personas y es un productor clave de bombas de calor y unidades de aire acondicionado en el Reino Unido, ha tomado esta medida debido a una “caída significativa en la demanda” de bombas de calor. Se espera que en las próximas semanas y meses, la fuerza laboral se reduzca aproximadamente en una cuarta parte, lo que tendrá un impacto significativo en la economía local.
Mitsubishi ha confirmado que la razón de esta decisión es el interés decreciente en las bombas de calor, con los mercados británico y europeo sin adaptarse lo suficiente a los ambiciosos planes para aumentar la demanda. Los representantes de los empleados dijeron que estaban sorprendidos por la noticia de los despidos, especialmente porque la dirección de la empresa había prometido hace solo seis meses que no tomarían una medida similar.
Sin embargo, la situación en Livingston no es única. Los fabricantes alemanes de bombas de calor, que se consideran líderes del mercado debido a las masivas inversiones en producción e investigación, ahora enfrentan problemas similares.
La empresa alemana Viessmann también ha anunciado el despido de cientos de empleados. Una vez más, la razón es el decreciente interés en las bombas de calor, lo que ha provocado que las expectativas originales relacionadas con la transición energética de Europa no se cumplan. Las empresas están respondiendo a una fuerte caída en los pedidos, causada principalmente por el empeoramiento de las condiciones económicas y la reticencia a la transición hacia fuentes de calefacción más sostenibles.
Ambas situaciones señalan graves problemas a los que se enfrenta la industria de las bombas de calor en toda Europa. A pesar del apoyo gubernamental y de las inversiones en descarbonización y reducción de emisiones, la demanda sigue estando por debajo de las expectativas. Las personas siguen sin comprar bombas de calor debido a sus altos costos iniciales y las preocupaciones sobre los costos operativos.