Cuando se trata de un coche nuevo, en la mayoría de los casos sigue siendo con motor de combustión. Una nueva encuesta mostró que los conductores todavía prefieren los motores de gasolina y diésel sobre los vehículos eléctricos. Además, el interés por estos vehículos ha aumentado interanualmente.
La transición hacia los automóviles eléctricos sigue siendo, según la consultoría Deloitte, algo impensable para muchos conductores. Como muestra la última encuesta entre conductores alemanes, más de la mitad de ellos planea preferir motores de combustión en la compra de su próximo vehículo.
Los datos más recientes sobre las ventas de automóviles eléctricos en los países de la Unión Europea muestran enormes diferencias respecto al interés que tienen los conductores locales en ellos. En países nórdicos como Suecia, Noruega (que no es miembro de la UE), pero también en Dinamarca o Países Bajos, las ventas de automóviles eléctricos siguen creciendo. Por ejemplo, en los Países Bajos, casi todos los vehículos nuevos registrados ya son eléctricos y la infraestructura local y el apoyo de los políticos favorecen decididamente la venta de estos vehículos.
Fuera de los estados mencionados, el apoyo es considerablemente menor, como muestran las estadísticas de la República Checa, donde la cantidad de automóviles eléctricos sigue aumentando, pero su porcentaje sobre las ventas totales sigue siendo insignificante. Sin embargo, el interés en los automóviles eléctricos, según los datos de Deloitte, también está disminuyendo entre nuestros vecinos alemanes, que son claramente más inclinados hacia proyectos ecológicos que los checos.
En la última encuesta entre conductores alemanes, el 53 por ciento ya indicó que considerarían principalmente un motor de gasolina o diésel al comprar su próximo vehículo. Esta cifra parece aún más escéptica en comparación con la misma encuesta realizada el año pasado. El año pasado, ocho por ciento menos de personas que este año preferían la compra de un motor de combustión.
Las principales razones por las que los motores eléctricos no son los preferidos para los nuevos automóviles entre los conductores alemanes permanecen casi inalteradas. El problema para los conductores es el alto costo inicial, que, a pesar de su reducción en los últimos años, todavía no es aceptable. Además, aumenta la preocupación por la infraestructura de carga insuficiente o completamente inexistente.